lunes, 22 de septiembre de 2008

“Nos dirigimos a un descarrilamiento económico” Joseph Stiglitz

El paquete de intervención a gran escala en los mercados anunciado por el Gobierno de Estados Unidos para intentar contener los efectos del terremoto financiero está desatinado, pues no responde directamente a la crisis inmobiliaria, la raíz del problema. Así lo cree y así lo expresa el premio Nobel de economía Joseph Stiglitz, para quien “esto solo es el principio de la crisis”.

Los mercados han recibido con exuberancia el anuncio de una intervención de cientos de miles de millones de dólares, pero Stiglitz dijo en esta entrevista que concedió a la agencia de noticias Efe que el ciudadano común debería estar muy preocupado, pues Estados Unidos, a su juicio, está al borde de la recesión.

En lugar de comprar la deuda “tóxica” de los bancos, que nadie quiere, el Gobierno debería conseguir la renegociación de las hipotecas de las personas que están con el agua al cuello, dijo.

Stiglitz cree que la crisis es una consecuencia de la “mala gestión” de la administración de George W. Bush y de la Reserva Federal, que no supervisó debidamente el sistema financiero y emborrachó a Wall Street con liquidez antes de la crisis.

También la vincula con Iraq, que es “La guerra de los tres billones de dólares”, según reza el título de su último libro, en el que da una estimativa “conservadora”, según él, del costo del conflicto para Estados Unidos.

Stiglitz, quien recibió el Nobel en 2001 y ahora es profesor en la Universidad de Columbia, habla desde el bando demócrata y con conocimiento de los entresijos del Gobierno, pues fue el principal consejero económico de Bill Clinton cuando era presidente.

Actualmente asesora a Barack Obama, el candidato presidencial demócrata, pero en la entrevista dijo hablar en nombre propio.

¿Qué opina del programa de intervención en los mercados financieros anunciado por el Gobierno de Estados Unidos?

Creo que ni es suficiente ni se ha hecho de forma correcta ni aborda el problema fundamental, que es la gran cantidad de ejecuciones de hipotecas. El sistema se está desangrando por el peso de la deuda y parte de esa deuda se debe a la guerra en Iraq.

¿Usted ve un vínculo directo entre ese conflicto en Iraq y la crisis financiera?

La guerra ha contribuido al debilitamiento de la economía. En el 2008-2009 está previsto que tengamos el mayor déficit presupuestario de nuestra historia. La guerra también ha contribuido al alto precio del petróleo. Hemos drenado nuestra economía para comprar petróleo. Eso fue el motivo de la amplia liquidez (suministrada por la Reserva Federal antes de la crisis): aminorar los efectos de un gasto tan alto en Iraq, pero por supuesto, con eso se creaba un problema en el futuro.

Es sorprendente que la economía estadounidense siga creciendo, aunque lentamente, pese a la crisis financiera. ¿Cómo ve usted sus perspectivas?

El desempleo ha subido, al 6.1%, y probablemente se eleve sustancialmente más. Esa es una de las razones por las que esto es sólo el principio de la crisis. Nos dirigimos lentamente hacia un descarrilamiento económico que exacerbará los problemas financieros. A medida que los ingresos caigan, los precios de la vivienda bajarán más y habrá más desahucios, así que estamos dentro de una espiral y nadie hace nada para pararla. Hay una probabilidad significativa de una recesión en los próximos trimestres.

¿Cómo evalúa la situación actual de los mercados?

La situación es mucho peor de lo que usted imagina, como demuestra que el mercado monetario casi se colapsara el jueves. Incluso gigantes industriales pueden afrontar problemas de liquidez ahora. Los problemas son muy graves. Es lógico que tras ocho años de mala gestión económica (el mandato de George W. Bush) haya esta falta de confianza.

¿Qué debería hacer el Gobierno para frenar la crisis?

Podemos fomentar la renegociación de las hipotecas para que menos personas tengan que declarar la bancarrota. No le ayuda a nadie que la gente se vean obligadas a salir de sus casas.

¿Cree que una regulación deficiente ha jugado un papel en la crisis?

No hay duda. El problema no es solo la falta de regulación, sino la falta de aplicación de las normas. Hemos aprendido que no se puede dejar a los bancos de inversión regularse a sí mismos. No se puede dejar a la Reserva Federal, que está aliada estrechamente con los banqueros, a cargo de toda la regulación del sistema financiero. Se suponía que la Reserva se llevaba el ponche cuando la fiesta se vuelve escandalosa, pero en su lugar echó más alcohol.

Fuente: La Prensa Gráfica

viernes, 19 de septiembre de 2008

El futuro de la economía de EE.UU., cada vez más negro


Por Justin Lahart, Timothy Aeppel y Conor Dougherty
El panorama para la economía de Estados Unidos, que antes de la última debacle de Wall Street ya estaba debilitada pero no aniquilada, se está volviendo cada vez más oscuro, a medida que se propaga la crisis de crédito.
Incluso antes del colapso de algunas de las mayores firmas financieras del mundo, EE.UU. parecía estar al borde de la recesión, si es que no había ya entrado en esa fase. De todos modos, hasta ahora la economía general del país no se ha visto afectada de una forma tan dura como Wall Street. Pero la etapa más reciente de la crisis puede hacer que el declive sea más profundo y duradero.
"La brutal dinámica en los mercados financieros en las últimas semanas ha apretado aún más las tuercas del crédito", dice Robert Barbera, economista de Investment Technology Group Inc., firma de servicios de corretaje de Nueva York.
Hay señales de que los temores que le han quitado el sueño al sector financiero podrían estar contagiándose al sector industrial. Heartland Precision Fasteners, de Kansas, produce más de 300.000 cierres al día, principalmente para aviones. David Rose, el presidente de la compañía, había planeado una ampliación de su fábrica de US$1,5 millones, pero ahora ha aplazado el proyecto.
"Todo esto nos está haciendo pensar las cosas dos veces; esta es una gran inversión para nosotros", asegura Rose, cuya fábrica cuenta con 80 empleados.
Mientras la creciente crisis amenaza con limitar aún más la disponibilidad de crédito, las esperanzas de que el mercado inmobiliario esté a punto de recuperarse se han postergado. Otros sectores de la economía que dependen del crédito también podrían ser golpeados. "El riesgo es que podría empujarnos a una recesión aún más profunda", señala el economista de Morgan Stanley Richard Berner.
Las turbulencias más recientes están arremetiendo contra la economía en un momento especialmente vulnerable. El consumo, que cobró fuerza brevemente a principios de abril por el paquete de estímulos fiscales del gobierno, se ha deteriorado en los últimos meses.
La producción industrial de EE.UU. ha caído por tres trimestres consecutivos y los economistas pronostican que la bajada continuará hasta el primer trimestre del año próximo. El desempleo se disparó a 6,1% en agosto, frente al 5,7% de julio. Una desaceleración económica global amenaza con disminuir las exportaciones estadounidenses, uno de los pocos sectores de la economía en alza.
Incluso tras recuperar 410 puntos el jueves, el Promedio Industrial Dow Jones está por debajo del nivel en el que se encontraba hace un mes. Esto repercute en la economía de los hogares, que ya habían sido muy golpeados por la crisis inmobiliaria.
El índice de los principales indicadores cayó 0,5% en agosto, lo que evidencia una mayor debilidad económica, dijo el centro de estudios Conference Board. Mientras tanto, la semana pasada, las solicitudes para obtener seguros de desempleo subieron de 10.000 a 455.000, según el Departamento de Trabajo.
La persistente crisis financiera podría debilitar aún más la confianza de los consumidores, perjudicando a la economía en su conjunto. En Chicago, el agente de viajes Conan Dunning dice que sus clientes están cancelando sus planes de viaje y no le devuelven las llamadas.

Uno de los motivos por los que la economía no está en peor estado es porque las empresas no financieras que tienen un buen historial han seguido obteniendo préstamos para construir instalaciones y comprar nuevos equipos. En agosto, el 10% de las compañías encuestadas por la National Federation of Independent Business (NFIB) dijo que era más difícil conseguir un préstamo que tres meses atrás.

Eso triplica el promedio de 2003, pero una contracción de esta clase es típica en momentos de una desaceleración económica y no es inusual dada la profundidad de la caída inmobiliaria y la debilidad del consumo, apunta Bill Dunkelberg, economista jefe de la NFIB.

Mientras muchas firmas establecidas han podido sacar provecho de los mercados de crédito, los prestamistas se han vuelto reticentes a la hora de darles dinero a empresas que recién empiezan y a otros proyectos de riesgo. Eso podría afectar el crecimiento futuro. "En muchos casos, tu crecimiento viene de principiantes, nuevas firmas", dice Daniel Meckstroth, economista de MAPI/Manufacturers Alliance. "El riesgo ahora es que esa gente no consigue financiamiento".

Fuente: The Wall Street Journal Americas

lunes, 1 de septiembre de 2008

Funes ofrece fortalecer el IPSFA

El candidato a la presidencia del FMLN, Mauricio Funes, se comprometió ayer a mejorar las instalaciones del Instituto de Previsión Social de la Fuerza Armada (IPSFA) y el Hospital Militar, y reiteró que un posible gobierno suyo “respetará y fortalecerá” la Fuerza Armada por ser una institución del Estado.

“Como hombre que respetará la Constitución, les aseguro: la Fuerza Armada en mi gobierno no sólo seguirá existiendo, será fortalecida, será profesionalizada”, dijo.

El aspirante aseguró que respetará la Institución “porque no queda a decisión de un gobernante si la mantiene o no”. Las palabras de Funes surgen a partir de una publicación del sector profesional del FMLN en que plantea la disolución del Ejército.

“Vamos a hacer que los militares se sientan orgullosos de ser militares”, aseveró el efemelenista.


Fuente: El Diario de Hoy